Buscando los límites

14 junio, 2010 por mycoach

La búsqueda de límites es algo que hacemos de forma natural desde pequeños.  Al principio con nuestros padres y familiares, a quienes hacemos mil y una diabluras buscando el límite de lo que podemos hacer o no con cada uno de ellos.  Después son nuestros juguetes, a los que realizamos interminables pruebas de destrucción hasta llevarlos al colapso total y, por tanto, a la basura.  Con el paso de los años seguimos experimentando con la bicicleta, los patines o cualquier otro deporte que nos llame la atención, llegando de esta manera los primeros golpes y roturas de alguna extremidad.

Como podemos ver nuestra vida se desarrolla en una búsqueda continua de los límites de las cosas.  Sin embargo, puede que el ser conscientes de que todo tiene un límite, hasta la vida tiene su fin, sea lo que nos nubla la vista y nos impide ver con claridad nuestros límites personales.  De esta forma hay ocasiones en las que apuntamos a objetivos tan altos que con los recursos que tenemos en ese momento es difícil alcanzarlos, viviendo así en un continuo fracaso que nos puede llegar a frustrar de forma permanente.

Por ejemplo, hace unas semanas tuve la oportunidad de hablar con una persona sobre su nuevo objetivo profesional.  De entrada todo parecía correcto, ya que éste había sido creado siguiendo escrupulosamente la metodología para identificar un buen objetivo.  Sin embargo, tal vez fuera la discordancia entre sus palabras y su comunicación no verbal o quizás que la realidad de esta persona no se ajustaba a la realidad económica y social del entorno que había descrito minutos antes, pero algo no cuadraba en la ecuación propuesta.  Al indagar un poco más sobre el tema, esta persona se dio cuenta de que el objetivo que había identificado no era del todo realista, ya que no había tenido en cuenta sus limitaciones personales.

Hace unos días me encontré con un caso parecido.  En esta ocasión se había pedido a una persona que trazara un plan de acción para conseguir el objetivo marcado.  El plan de acción creado no tuvo en cuenta las limitaciones personales por lo que a los pocos días la persona no soportó la presión que ella misma se había impuesto y tuvo que definir un nuevo plan de acción en el que se tuvieran en cuenta dichas limitaciones.

Estos casos son una pequeña muestra de lo que puede ocurrir cuando alguien no conoce sus límites.  El no conocer nuestros límites y querer demostrar algo a alguien puede hacernos saltar como un jabato y decir «eso lo puedo hacer yo en dos minutos«.  La mala noticia es que ese impulso positivo no es tanto una creencia potenciadora que nos permitirá conseguir nuestra meta, como una niebla que nos impide ver cuáles son nuestras limitaciones reales y qué podemos hacer con los recursos que tenemos, lo cual nos puede llevar inexorablemente al fracaso.

En el trabajo también es importante conocer las limitaciones de aquellas personas que forman parte de nuestro equipo para evitar el fracaso del mismo, aunque sin llegar a los extremos de un directivo con el que coincidí hace unos años y cuya frase preferida era: «te exprimiré hasta que te haga sangrar«.

Si bien el objetivo que estaba detrás de esa frase no era otro que el buscar los límites de cada uno de sus empleados para que estos fuesen los más eficientes de la empresa, la frase en sí denota cierto sadismo.  De igual manera las tácticas utilizadas para conseguir su objetivo no fueron las más apropiadas, ya que estas provocaron un aumento de la rotación y de las bajas por estrés de la plantilla.

Cuanto mejor nos conozcamos a nosotros mismos más realistas podremos ser y, por tanto, seremos capaces de elaborar planes de acción más ajustados a la realidad que nos permitirán conseguir nuestros objetivos.  De igual manera es importante buscar los límites de nuestros subordinados y colaboradores para saber hasta qué punto podemos seguir retándoles con nuevas propuestas sin que el estrés que soportan colapse su sistema nervioso y terminen en su casa de baja o totalmente desmotivados en una esquina de la oficina.

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Esta entrada fue publicada el lunes, 14 junio, 2010 a las 8:00 por mycoach y está en la categoría coaching personal. Puedes seguir cualquier respuesta a esta entrada a través del feed RSS 2.0. Tanto comentarios como pings están actualmente cerrados.

3 comentarios para “Buscando los límites”

  1. Maricarmen dice:

    14 junio, 2010 a las 22:18

    Siempre he considerado que mis padres me han educado, y no malcriado,entre otras razones porque me han enseñado desde pequeña que no todo vale, que todo tiene un límite.

    Las limitaciones que me voy a ir encontrando en mi vida, propias y ajenas, no me hacen peor, ni inferior, ni deben mermar mi autoestima, sino que me hacen libre. Si conozco mis limitaciones y las sobrepaso, estoy actuando de manera «forzada», en contra de mi propia naturaleza, y luego, además, tengo que enfrentarme a las consecuencias.

    Quizá sobrepasar ciertos límites nos cause un subidón momentáneo que nos atraiga de vez en cuando y, de hecho, muchas veces lo no permitido es lo que más atrae, (la máxima de muchos adolescentes es que «las normas están para saltárselas»), pero entrar en esta dinámica y hacer de ello un modo de vida se parecería más a la naturaleza animal que a la humana.

    Por tanto, y ya que hasta nuestra propia vida tiene su fin y sin previo aviso además, lo más razonable sería conocer nuestras limitaciones, asumirlas, confiar en uno mismo, aceptarse tal y como se es y actuar en consecuencia, sacándole el mayor partido posible a todo aquello que soy capaz de hacer y no fijarme en lo que no está a mi alcance, lo cual no está reñido con el afán de superación o el ambicionar algo mejor para mi vida. Creo que es una buena manera de ser feliz. Saludos.

  2. fernando lerena dice:

    30 junio, 2010 a las 10:58

    Límites… Verdaderamente la vida en sí nos muestra su límite sin ningún reparo, pues todos sabemos de familiares y amigos que van llegando a ese límite y dejando estos «lares»; pero ése es el límite de lo conocido, la pregunta sería en dónde están los límites de lo desconocido… A veces nos preguntamos si el límite es realmente el final…

    En el mundo laboral, creo que se está empezando a demostrar que el trabajador rinde mucho más cuando él mismo marca sus límites. El horario flexible, casi desconocido en España, hace que el trabajador aproveche sus tiempos de un modo mucho más eficaz, pues no se trata de estar en la oficina dando imagen y haciendo tiempo para «quedar bien», sino de que, mientras se está en dicha oficina, se esté realizando un trabajo eficaz… y eso sin hablar del trabajo realizado desde casa con el propio ordenador…

    Límites… Ya me gustaría conocerlos…

  3. fernando lerena dice:

    30 junio, 2010 a las 11:07

    Enlazando con el comentario de Maricarmen sólo se me ocurre preguntarme qué ocurre cuando hay alguien, i.e. padres, que se encarga de marcar esos límites… Ese alguien debe saber dónde están los límites, debe saber qué es lo correcto… y saberlo no es fácil. Quizá el mérito de los padres, en este caso, no sea el hecho de haber marcado unos límites correctos, sino el haber intentado hacerlo lo mejor posible… También es bueno saber apreciar esa intención.

    Hay infinidad de grupos que se encargan de ofrecernos sus límites: políticos, religiosos, sectas, grupos ideológicos ecologistas… amigos, conocidos, familiares, vecinos… siempre hay alguien para marcarnos los límites, la cuestión es saber diferenciar si los límites son correctos o si tan sólo responden a intereses personales de aquéllos que nos rodean…