Gestión del cambio

19 julio, 2010 por mycoach

El cambio es algo que está presente en nuestras vidas desde el momento en que somos concebidos.  Los cambios celulares de los que no somos conscientes no nos suelen preocupar, a menos que estos degeneren en una enfermedad que sea detectada.  Sin embargo, aquellos cambios que se producen en nuestro entorno y que afectan a nuestra identidad o forma de vida son contra los que nos revelamos y debemos aprender a gestionar.

Hace unos días el gimnasio al que acudo habitualmente cambió de instalaciones.  Aunque el nuevo local es más grande y algunas de sus máquinas y servicios son completamente nuevos, un gran número de personas no estaban del todo contentas con la distribución de las máquinas, la entrada a las salas, los vestuarios, o cualquier detalle que fuera diferente a lo que ellas estaban habituadas, siendo algunas de las frases más escuchadas: «el otro gimnasio era mejor«, «me voy a ir de aquí«, «esto no me gusta nada«.

En nuestra vida sentimental los cambios tampoco son bien recibidos.  Si no tenemos pareja y comenzamos una relación con una persona nueva, la entrada de ésta en nuestras vidas, y más en concreto en nuestra casa, puede hacer que nuestro cuerpo experimente sensaciones hasta entonces desconocidas debidas a los comportamientos de la otra persona que nos estresan sin razón aparente.  Cuántas veces habremos escuchado: «es que me lo cambia todo de sitio«, «es que me quiere redecorar la casa«, «es que me quita el mando de la televisión«, «es que me deja los calcetines sobre el sofá«, «es que no mete las cosas en la lavadora«.

Algo parecido ocurre cuando nuestros hijos vuelven al hogar familiar a pasar unos días de vacaciones.  Y no digamos nada si estos vienen acompañados por su pareja e hijos.  En estos casos los progenitores experimentan un desasosiego que puede terminar colmando el vaso y haciendo que un camino de rosas se convierta en un auténtico calvario si no se tiene un poco de sentido del humor.

Ante un cambio las personas se pueden resistir e intentar no amoldarse a dicho cambio.  En el caso del gimnasio los clientes se pueden ir a otro gimnasio de la zona; frente a una relación de pareja puedo ir yo a su casa en vez de que venga la otra persona a la mía, o romper la relación si no nos lleva a ningún sitio; en vacaciones puedo buscar otro lugar donde pasar mi tiempo libre que no sea molestando a mis padres o a los de mi pareja; y en el caso de un trabajo… ¡me puedo buscar otro!

Todo cambio que suframos en nuestra vida personal es, en mayor o menor medida, importante para nosotros.  En esos momentos es normal que algunas personas tengan miedo a ese cambio porque tal vez crean que al cambiar dejarán de ser ellas mismas: «Si cambio ya no soy yo«.

Por el contrario, otras personas consideran que el cambio es positivo, que las aporta nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo.  Estas personas están dispuestas a adaptarse a los cambios porque tienen en su mente un objetivo superior al mero hecho de dejar de ser ellas mismas: crecer como personas.

En cualquier caso hay que tener en cuenta que las personas pueden cambiar, si bien la velocidad de adaptación a la nueva situación dependerá de la edad de la persona, su bagaje cultural y su forma de ser.

También es importante tener en cuenta que los cambios progresivos son menos impactantes y obtienen menos rechazo que aquellos que son de un día para otro y a la persona le supone un cambio drástico en su forma de actuar.  Por eso las grandes empresas llevan años desarrollando sus departamentos de recursos humanos en el área de gestión del cambio, para que sus empleados puedan ser ayudados de forma progresiva con la adaptación de la empresa a su nuevo entorno empresarial, tanto en relación con las nuevas tecnologías como en los cambios debidos a una crisis económica.

Un coach puede ayudar a las personas a sobrellevar un cambio drástico a través de la metodología empleada en el coaching, así como a aquellas personas que consideren que su vida personal o profesional debe cambiar para poder conseguir de una vez por todas sus objetivos.  El desarrollo de habilidades interpersonales es un buen ejemplo de cambio en el comportamiento que beneficia a la persona en su entorno laboral y personal.

Etiquetas: , , , , ,

Esta entrada fue publicada el lunes, 19 julio, 2010 a las 8:00 por mycoach y está en la categoría coaching personal. Puedes seguir cualquier respuesta a esta entrada a través del feed RSS 2.0. Tanto comentarios como pings están actualmente cerrados.

3 comentarios para “Gestión del cambio”

  1. fernando lerena dice:

    19 julio, 2010 a las 11:09

    La comodidad es uno de los principales enemigos del cambio. Uno se acomoda pronto a sus costumbres… Sólo el hecho de que cambien el formato de un periódico hace que una persona se plantée cambiar de diario. En el gimnasio se acude siempre a los mismo aparatos y en el mismo orden… conoces a los que van a tu misma hora y se ponen en tu zona… en el vestuario se tiende a utilizar el mismo rincón y la misma ducha… Cuando todo lo cambian debes reorganizar tus esquemas… En el trabajo, cuando te cambian el programa informático te descalabra tu día a día… Los cambios no gustan, dan miedo… Por ello los gobiernos repiten (salvo graves errores de gestión…).
    Cierto es que si en tu vida hay algún cambio, primero te molesta, pero pronto te adaptas de nuevo al sistema creado.
    En definitiva, aunque cueste, la vida es una adaptación constante a los cambios provocados por la propia evolución.
    No obstante, un buen apoyo, un buen bastón siempre viene bien para afrintar esos cambios aparentemente ilógicos.

  2. Maricarmen dice:

    20 julio, 2010 a las 22:02

    Todos queremos que cambie el mundo, pero no nuestras vidas y, en realidad, éstas están en continuo cambio,ya sean físicos,(estoy más gorda, me ha salido una cana,…),emocionales,(mi estado de ánimo, mis ilusiones, mis deseos, mis amigos), o materiales (cambio de barrio, de trabajo…).
    Creo que lo que de verdad no nos gusta es el hecho de no elegir nosotros hacer ese cambio, sino que se nos ha impuesto.Cuando uno decide cambiar, normalmente es para ir a mejor,y además, al no poder culpar a nadie de los resultados es más fácil acatar las consecuencias, sobre todo si son malas.
    Los cambios ayudan a crecer como persona, todo lo contrario a si decides estancarte en la tan odiada monotonía diaria.

  3. DANA dice:

    2 agosto, 2010 a las 17:01

    Estoy de acuerdo con todo lo dicho sobre algo tan normal a lo largo de nuestra vida y a lo que sin embargo nos cuesta muchas veces tanto acostumbrarnos. Cierto es que en parte es cuando no lo elegimos, pues cuando tu deseas cambiar de trabajo, casa o pareja, al revés, estás contento porque siempre esperas algo mejor, o sea estar ilusionado con algo, que al final es lo que nos mantiene «vivos» no sólo fisicamente…